Ensayo de Manuel Vázquez Murillo
268 p. / 23×15 cm.
ISBN 978-987-556-371-1

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EL LIBRO
Replantear un edificio no significa destruirlo, sino adecuarlo a nuevas realidades. Por ejemplo: cambiar las instalaciones eléctricas y de agua, abrir alguna ventana, quitar o agregar algún tabique divisorio. Los hospitales, cada diez años replantean su quirófano, los rayos X, las ecografías, tomografías y los aparatos de imágenes. Las escuelas a su vez, los programas y equipos informáticos…
Ejemplos de replanteo de la Iglesia Católica: en vez de cargar el acento en actividades u omisiones visibles y mensurables: -faltar a Misa, divorciarse, desnudarse- debe abrir batalla sobre la opresión de las naciones pobres, la circulación de dinero negro, la corrupción administrativa, el voto que busque ventajas propias y no el bien común… A su vez tiene que implementar un catálogo de virtudes del s XXI: colocar los derechos humanos y las libertades en el centro de la vida cívica y de las instituciones de todo nivel, cumplir las normas de tránsito, conservar el Planeta para mil generaciones, defender la independencia y separación de poderes en su propio seno y en la sociedad laica.
La Iglesia debe asociarse con las iniciativas que eleven el nivel de la vida humana sin que obsten la fe o convicciones religiosas de quienes las propongan o sustenten. Volver a las ideas centrales de Jesús.

EL AUTOR
Manuel Vázquez Murillo es nacido en San Miguel de Tucumán, Licenciado en Teología en la Pontificia Universidad de Salamanca, España. Ordenado sacerdote en 1957, fue docente de idiomas castellano y latín en bachilleratos humanísticos de Tucumán, y Florida de Uruguay. En 1969 fue reducido al estado laical como condición para contraer matrimonio. Buscando nuevos horizontes, se trasladó a Córdoba y en su Universidad Nacional, se recibió de Archivero y fue docente en ella, de Archivología durante veintisiete años. Escribió cuatro libros para las clases de Archivología y muchos artículos en revistas de esta especialidad. Este es el primer libro en el que da vuelo a su imaginación. El lo presenta como una utopía y, como tal oscila entre novela y despliegue de la sueños utópicos. Es un libro que nace con muchos hermanos, cuyo ADN común es el misterioso Pedro Romano. Todos los libros tratan de acertar quién será él y cuál su destino en un Vaticano inesperadamente agitado.