21 Noviembre
2013
Escrito por Ediciones del Boulevard
IMAGENNovela de María Dolores García Ceñal
204 p. / 21×14 cm.
ISBN 978-987-556-437-4

COMPRAR

EL LIBRO
Octubre de 1975. La historia se inicia con un hecho rayano en el absurdo, mencionado en los tribunales como cierto, aunque no se da cuenta de fechas ni actores concretos. Una especie de «Había una vez…» con aire de leyenda urbana trasmitida a los novatos, que impresiona a muchos y aún hoy se difunde a través de las generaciones.
La autora ensaya una explicación desarrollada a lo largo del relato; en él participan una serie de protagonistas que viven en ámbitos muy diferentes y que, de modo un tanto rutinario, logran llevar adelante sus vidas con los altibajos comunes a cualquier existencia. Sin embargo, el ambiente se caldea cada día y, tarde o temprano, las turbulencias irrumpirán en la historia personal de cada uno de ellos.
Un escribiente de tribunales trasladado a una ciudad del interior; el adolescente universitario embarcado en sus rebeldías e interrogantes; la abuela de aire ausente y mirada alerta, dos linyeras afincados en el parque Sarmiento; el médico socialista apremiado por sus opciones, una yuyera que subsiste en medio de la sierra, la mujer ahogada en un ambiente de conformidad, son algunos de los personajes que intervienen en este relato.
Los hechos derivados del clima de época entrelazan a los actores en situaciones y contactos que al trastocar sus vínculos, develan facetas desconocidas de sí mismos e influyen actitudes y afectos. Los acontecimientos desatados, la ruptura de lo cotidiano, la emergencia de cuestiones hasta entonces larvadas, interpelan a los personajes y definen su futuro.

LA AUTORA
María Dolores García Ceñal, nació en la Capital Federal, y se trasladó con sus padres a Córdoba siendo niña, por lo que se considera cordobesa.
Lectora temprana y poco ordenada, desarrolló un interés especial en la literatura inglesa, en especial Dickens y Shakespeare. Autores como Oscar Wilde y Bernard Shaw la impresionaron fuertemente. Las obras de Eça de Queiróz, Anatole France o Mark Twain fueron releídas una y otra vez, y la novela policial tuvo un lugar de importancia en su biblioteca.
Por tradición familiar frecuentó el cine desde la niñez, y más adelante concurrió asiduamente a los cineclubes de la época. Sus estudios de Servicio Social y Administración Pública le facilitaron una mirada reflexiva en materia de relaciones personales y sociales, sobre la acción de los gobiernos y sus consecuencias para la vida cotidiana. Ejerció la docencia universitaria y publicó trabajos e investigaciones en revistas especializadas o institucionales.
En los últimos años, sus preferencias se dirigieron a la escritura, en general narraciones cortas y alguna incursión en la poesía. Esta es su primera novela. Considera que la experiencia con personas de distintas formas de vida y el haber frecuentado ambientes variados, constituyen el bagaje más valioso para sus trabajos.

Comments are closed.