Si bien las invasiones inglesas del Río de la Plata son consideradas con justicia el hecho fundacional de la historia argentina, la mayoría de los historiadores ha omitido inexplicablemente señalar que constituyeron al mismo tiempo la peor derrota británica durante las guerras napoleónicas. El gobierno inglés de aquel entonces consideró el desastre lo suficientemente grave como para someter al responsable a una corte marcial integrada por una veintena de generales, culminando el proceso con la expulsión de Whitelocke del ejército y la lectura del veredicto a cada regimiento y su inclusión en todos los registros de órdenes: una medida sin parangón en el período que nos atañe.
Aunque la desastrosa expedición a Walcheren en 1809 tuvo un saldo mucho más luctuoso para el ejército inglés, de las 4.066 bajas fatales sólo 106 tuvieron lugar en combate, mientras que las restantes se debieron principalmente a una terrible epidemia de malaria; por otro lado, reveses tales como el combate de Fuengirola en 1810 y el asalto a Bergen-op-Zoom en 1814 no alcanzaron las proporciones de la encarnizada lucha en las calles de Buenos Aires en 1807. Más importante aún: ninguna de dichas derrotas tuvo las enormes conse-cuencias estratégicas de las invasiones al Río de la Plata, cuyo fracaso sepultó definitivamente las aspiraciones territoriales inglesas en el subcontinente sudamericano.
Mario Díaz Gavier nació en 1971 en Córdoba. A lo largo de varios años, ha desarrollado una intensa actividad en el campo de la historia militar, desempeñándose como colaborador de la revista Medieval (Barcelona). Ha publicado los libros Tras un manto de neblina (2004) y En tres meses en Asunción (2005), también bajo este sello.