Libro de Sonnia Vigliecca
100 p. / 21×14 cm.
ISBN 978-987-556-555-5

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EL LIBRO
Una vez más Sonnia Vigliecca demuestra su compromiso con la Vida, y comparte con valentía sus propias vivencias y el profundo aprendizaje extraído de ellas, resignificando de esta forma una de las etapas de la existencia. En este libro aborda la vejez desde propia aceptación de que se encuentra transitándola. Esa aceptación natural le permite descubrir su aspecto luminoso, sabiendo que «lo importante es dar sentido profundo a cada nuevo día». Su espiritualidad permea toda su escritura, y su confianza en la eternidad le permiten gozar y trasmitir tranquilidad y esperanza. Desde la convicción de «que cada persona posee un potencial infinito, único e irrepetible». Reconoce haber abordado esta etapa venciendo la inercia que ponía freno a sus proyectos e inquietudes. Nos brinda sus reflexiones transmitiendo lo que se siente en la ancianidad, lo que molesta y, sobre todo, lo que hace feliz cuando se logra la paz interior, fruto de sentir que se ha cumplido una misión, se ha vivido y se ha aprendido.

Se reconoce parte de una totalidad con sus semejantes y lo creado, y con sabiduría, despliega las páginas de este libro, y generosamente las entrega. El título es descriptivo de la luz que cada ser humano es y que todos somos: La vejez, ¡un sol! ¡muchos soles! Es esa luz que en esta etapa de la vida alumbra y traza una ruta de encuentro con los demás y consigo mismo. Quizás podría decir con Borges en su «Elogio a la sombra»: «La vejez, (tal es el nombre que otros le dan) / puede ser el tiempo de nuestra dicha. / El animal ha muerto o casi muerto. /Quedan el hombre y su alma».

Dra. Cristina Rodríguez

LA AUTORA
Sonnia Vigliecca nació en Sauce, provincia de Corrientes, Argentina.
Egresó como profesora de Filosofía y Pedagogía en el Instituto Nacional del Profesorado de Paraná (Entre Ríos). Luego se trasladó a Córdoba capital donde reside. Ejerció la docencia en la ciudad de San Francisco y La Falda y termina su carrera docente en el Colegio Nacional Deán Funes y en la Escuela Normal Alejandro Carbó, jubilándose en el año 1987.
Se destacó como presidenta del Centro de Profesores Diplomados Nacionales en la ciudad de San Francisco y como jefa del Departamento de Filosofía y Pedagogía (Proyecto XIII) en la escuela Alejandro Carbó. Dictó conferencias pedagógicas y se especializó en cursos de perfeccionamiento docente.
Entre 1980 y 1985 dirigió cinco obras con alumnos de Nivel Medio en los Encuentros Intercolegiales de Teatro, auspiciados por la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Córdoba.
Como actriz profesional actuó en espectáculos del Teatro La Cochera dirigida por Paco Giménez, desde 1986 al 2013.
Se desempeñó como profesora de Teatro y Expresión Corporal durante ocho años en la Casa Club Bienestar en la institución ACAPEF (Asociación Cordobesa de Ayuda a la Persona Portadora de Esquizofrenia y a su Familia).
Se inicia como miembro de la organización Soka Gakkai Internacional Argentina en el año 1997 y continúa en la actividad.